Respecto del tema se han perfilado dos posturas doctrinarias. Una primera que cuenta con el apoyo de prestigiosos juristas que otorgan a la concubina legitimación sustancial para reclamar el pago de una suma que resarza el daño que le ocasionara la muerte de su compañero que subvenía sus necesidades alimentarias. Asimismo existe una corriente jurisprudencial, que interpretando el art. 1079 del Cód. Civil, sostiene que basta invocar el menoscabo de un interés simple para poseer tal legitimación.
Por otra parte un número no menos importante de autores y algunos fallos jurisprudenciales, le niegan esa posibilidad al considerar que el resarcimiento sólo comprende situaciones en las que el daño producido lesiona un interés legítimo jurídicamente protegido.
Tanto unos como otros autores parten para llegar a sus opuestas conclusiones de la interpretación que debe acordársele a los arts. 1084 y 1085, en relación a los arts. 1077 y 1079 del Cód. Civil.
En el caso de la indemnización para la concubina, la legitimación para efectuar el reclamo no se funda en su carácter de concubina, sino que se origina en su condición simple de damnificada por el hecho ilícito, el cual genera una obligación reparatoria en virtud de lo dispuesto en los arts. 1069, 1079 y 1109 del Cód. Civil, que no puede verse abolida por una circunstancia que no se encuentra prohibida por la ley y por ello, resulta ser un extremo indiferente como presupuesto del daño resarcible.
Es que de conformidad con lo dispuesto por el art. 1079 del Cód. Civil, la obligación de reparar el daño causado por un delito existe no sólo respecto de aquel a quien el delito ha damnificado de manera directa, sino también respecto de toda persona que por el mismo hubiese sufrido, aunque sea de manera indirecta.
Carlosalbertooliva9@gmail.com